
En 1957, el pensamiento de Chomsky provocó un resultado innovador sobre las teorías lingüísticas y psicológicas de la época, ya que abordaba los supuestos centrales del estructuralismo norteamericano y de la psicología conductista en su obra Estructuras Sintácticas, que no sería publicada hasta 1975. Se consideraba que la adquisición del lenguaje (como cualquier otra habilidad humana) se producía mediante el aprendizaje y la asociación. En contraposición, Chomsky afirmaba la existencia del órgano del lenguaje (mecanismo cerebral innato que permite aprender y utilizar el lenguaje instintivamente). Reivindicó una Gramática Universal y expuso los principios generales abstractos de la gramática, que son universales en la especie humana.

Chomsky denominó Gramática Generativa al conjunto de reglas innatas englobadas dentro del patrimonio genético de los seres humanos que permite transformar ideas en palabras, rasgo común a todas las lenguas humanas. Expuso que la gramática elemental es un sistema combinatorio discreto que permite construir infinitos enunciados a partir de un número finito de elementos mediante diversas reglas formales; es decir, la producción de una lengua. Esta nueva teoría consideraba que las expresiones tienen una sintaxis basada en una gramática formal que se rige por normas de transformación, lo cual evidencia el gran potencial creativo de la humanidad.
En The Principles and Parameters approach (P&P), obra desarrollada en las Conferencias de Pisa (1979) y publicada más tarde bajo el título Lectures on Government and Binding (LGB), se retoman numerosos supuestos de la gramática universal: los principios gramaticales en los que se basan las lenguas son innatos y fijos y subyacen a la estructura de dichas lenguas; y las diferencias entre las diversas lenguas existentes en términos de parámetros programados en el cerebro, que a menudo son comparados con interruptores. Según esta teoría, el aprendizaje de una lengua depende únicamente de la necesidad de adquirir los elementos léxicos básicos (palabras, morfemas gramaticales y refranes) y fijar los valores convenientes en los parámetros.
Los partidarios de esta idea exponen que la rapidez con la que los niños aprenden lengua materna es inexplicable a menos que posean una capacidad innata para aprenderlas. La similitud de las etapas que siguen todos los niños cuando aprenden una lengua cualquiera y el hecho de que los niños cometan errores característicos cuando adquieren su primera lengua, mientras que otros tipos de error al parecer lógicos no se producen nunca (y, según Chomsky, estos deberían darse si el mecanismo de aprendizaje utilizado fuese general más que específico de una lengua), se postulan también como un argumento a favor de dicho innatismo.
En este sentido, es necesario diferenciar entre:
1. Adquisición del lenguaje: es una etapa evolutiva espontánea. La lengua materna es asimilada con gran velocidad y con un estímulo mínimo y asistemático del mundo externo. Chomsky dirá que este proceso es innato debido a que sigue un a línea predeterminada como consecuencia de los estímulos exteriores.
2. Aprendizaje del lenguaje: se produce en una edad más avanzada del ser humano y de manera similar a cualquier otro tipo de instrucción: a través de la práctica, la memorización, etc.
Posteriormente, Chomsky trata de revisar las unidades lingüísticas que componen el modelo de LGB (1995), manteniendo únicamente los elementos estrictamente necesarios. Se generaliza un enfoque general de la facultad de la lengua humana que destaca los principios de la economía y la concepción óptima, volviendo de nuevo al enfoque derivacional de la generación, en oposición con la mayor parte del enfoque representativo clásico del P&P.

BIBLIOGRAFÍA:
Por Vanessa Palomera Fernandes
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